EL MOVIMIENTO LIBERTARIO DE GUAL Y ESPAÑA: GERMEN DE LA INDEPENDENCIA
(210 AÑOS DE AQUEL JULIO REVOLUCIONARIO)
LA ESENCIA DEL MOVIMIENTO
La delatada sublevación encabezada por Manuel Gual y José María España, llamada por la historiografía como la Conspiración de Gual y España, es uno de los movimientos claramente dirigido contra la dominación colonial aunque anteriormente se habían sucedido el alzamiento de Juan Francisco León y el de José Leonardo Chirinos en las proximidades de Coro en 1795, ambos movimientos de carácter reivindicativo fueron brutalmente reprimidos, pero la semilla de libertad quedó sembrada.
La conjura de Gual y España era un proyecto de profundo contenido republicano, que buscaba establecer un gobierno de equidad y justicia, como quedó probado con la declaración ofrecida por Juan José Chirinos, barbero y delator del plan al ser convidado por el patriota Don Manuel Montesinos Rico a incorporarse a la lucha. Chirinos le confiesa al Fiscal de la causa que Rico le insinuó: … “que muchas personas blancas con los pardos, morenos y mulatos, aspiraban y tenían proyectada la unión e igualdad sin ofender a la Religión, pero que los bienes temporales serían Comunes, y todos usarían de ellos como Hermanos, y que no habría estancos de tabaco pues todo sería libre, que esta virtud solicitase amigos”. De lo dicho por el pardo Chirinos, se desprende que el proyecto de Gual y España tomaba como modelo de organización a la Sociedad indígena y, aunque no plantea una estructura socialista en rigor, condiciona el usufructo de los bienes a las necesidades e intereses de la comunidad, lo que supone una propuesta de mucho avance en aquel momento.
UN MOVIMIENTO BIEN ORGANIZADO
La tentativa emancipadora tenía una organización amplia y estructurada, por lo que no fue una acción reactiva sino un sólido movimiento con programa e ideas, pero además, el patriota España en su condición de Justicia Mayor de La Guaira, pudo captar importantes elementos armados y dentro del aparato administrativo colonial, como se expone en la declaración tomada a Rico: … “seguidamente se presentó en su casa Don Manuel Gual, (…) asegurándole Gual para persuadirlo, que tenía de su parte mucha gente, entre ella el Doctor Don Luis Peraza, un sargento de Caballería que trabajaba en la Secretaría de Gobierno, un cadete de Caballería cuyo nombre no se acuerda, que entonces vestía de luto, pero es de color moreno, (…) Don Manuel Verde oficial veterano, (…) un ingeniero de La Guaira, y unos oficiales venidos de Trinidad”.
EL TERROR DE UNA SENTENCIA
Una vez descubierta y desarticulada la rebelión, el Estado español aplica la clásica sentencia estipulada para estos casos: seis reos fueron condenados a la horca, y sus cuerpos desmembrados y exhibidos en parajes públicos; treinta y tres fueron castigados con penas severas (trabajos forzados y destierro) y a todos se les confiscaron sus bienes para satisfacer las acciones de “la Justicia Real” y recompensar a los delatores y traidores. Entre la desgracia y la tristeza de acciones tan duras de aquel Estado imperial, que actuaba sólo para saciar la conducta hedonista del monarca de turno y de la élite de poder, sobresalen hombres que merecen ser destacados por el coraje, la valentía y la claridad de propósito, como es el caso de Agustín Serrano condenado a muerte “Reo principal de esta causa, (…), y acalorado promotor de ella en Caracas, desde cuya capital informaba vigorosamente a los partidarios de La Guaira, asegurándoles que tenía allí muchos, y demostrando a cada paso la mayor desafición al Rey y al Gobierno (…) fue condenado en primero de junio de 99 a la misma pena de muerte en la horca (…) y con la prevención que se pusiese su cabeza fuera del camino que dirige a Caricuao, donde este reo suponía tener alojamiento seguro para 10 mil hombres. Habiéndose pasado a la cárcel de Corte a intimar a este reo la mencionada sentencia, no pudo efectuarse (…) porque este reo que se hallaba en lo interior (…) impedía la introducción de la llave (…) se logró a fuerza de grandes golpes desechar la llave”…
Con su silencio, Agustín Serrano demostró el compromiso que tenía con la rebelión pues, frente a la adversidad, lejos de doblegarse, se llenó de coraje. Ya en la capilla, arrodillado oyó la sentencia, la cual protestó por injusta. Intimidado por el cura a confesar su culpa, el valiente caraqueño… “se puso en pie y más airado dijo que no tenía delito”, al tiempo que le profería al religioso (…) que él era la causa de su muerte como segundo delator del servicio que iba a hacer este reo por remedir la patria de la opresión y tiranía en que la tenía sumergida” El movimiento de Gual y España demostró cómo, desde la aparente quietud de la Caracas colonial los aires de libertad e independencia estaban cimentándose en la conciencia de los venezolanos.
(Sábado, 14 de julio de 2007)
DIRINVESTHIST
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