En esta resolución internacional de 1998, se consagran los derechos de los pueblos indígenas del mundo, apoyándose en los Derechos Humanos Universales. Siendo este un instrumento eficaz para promover los derechos colectivos de los pueblos indígenas a su autodeterminación y el reconocimiento de su identidad cultural.
Los pueblos indígenas con condiciones sociales, culturales y económicas que se distinguen del resto de la comunidad de la nación donde se encuentra su territorio original, deben regirse por total o parcialmente por sus leyes y costumbres, todo consagrado dentro de los tratados que han aceptado y firmado.
Son considerados indígenas todos los descendientes de los pobladores originales y ancestrales de aquellos territorios de un país o región que en tiempos de la conquista y colonización o del establecimiento de los actuales limites del Estado, respetando su diversidad cultural, organizaciones sociales, idioma, religión, al representar los grupos indígenas el 4 % de la población mundial y quedando en la Declaración Universal de los derechos Humanos consagrado el compromiso de la comunidad internacional de promocionar el bienestar económico, cultural y social de los pueblos indígenas del mundo.
Las organizaciones indígenas tienen cabida en todos los organismos internacionales de derechos humanos y políticas publicas, desde la ONU hasta los institutos nacionales de su país.
Es por todos sabido que a raíz del proceso de invasión, conquista y colonización que se experimentó en el continente conocido hoy en día como América, sus habitantes originales de fueron exterminados y esclavizados desde el siglo XVI con la espada y la cruz europeas, llegando en el siglo XVIII a tener algún reconocimiento social, pero siendo en la escala del estamento social un pueblo inferior. Es increíble que aún hoy día, en el siglo XXI, los pueblos indígenas sigan siendo discriminados en razón de su origen étnico y cultural, llegando tan lejos su lucha, que han logrado grandes avances en el reconocimiento en el ámbito mundial de sus derechos a la autodeterminación e identidad cultural, siendo esta resolución mundial un arma indiscutible de lucha, que e promulgada a inicios de un siglo en el cual en Latinoamérica las tendencias insurgentes de izquierda, cuya bandera es la integración y equidad social con nuevos modelos económicos mas justos, asumen el mando de sus naciones, creando nuevos espacios a la participación de todos los grupos de la región.
Marcia Peña.
Los pueblos indígenas con condiciones sociales, culturales y económicas que se distinguen del resto de la comunidad de la nación donde se encuentra su territorio original, deben regirse por total o parcialmente por sus leyes y costumbres, todo consagrado dentro de los tratados que han aceptado y firmado.
Son considerados indígenas todos los descendientes de los pobladores originales y ancestrales de aquellos territorios de un país o región que en tiempos de la conquista y colonización o del establecimiento de los actuales limites del Estado, respetando su diversidad cultural, organizaciones sociales, idioma, religión, al representar los grupos indígenas el 4 % de la población mundial y quedando en la Declaración Universal de los derechos Humanos consagrado el compromiso de la comunidad internacional de promocionar el bienestar económico, cultural y social de los pueblos indígenas del mundo.
Las organizaciones indígenas tienen cabida en todos los organismos internacionales de derechos humanos y políticas publicas, desde la ONU hasta los institutos nacionales de su país.
Es por todos sabido que a raíz del proceso de invasión, conquista y colonización que se experimentó en el continente conocido hoy en día como América, sus habitantes originales de fueron exterminados y esclavizados desde el siglo XVI con la espada y la cruz europeas, llegando en el siglo XVIII a tener algún reconocimiento social, pero siendo en la escala del estamento social un pueblo inferior. Es increíble que aún hoy día, en el siglo XXI, los pueblos indígenas sigan siendo discriminados en razón de su origen étnico y cultural, llegando tan lejos su lucha, que han logrado grandes avances en el reconocimiento en el ámbito mundial de sus derechos a la autodeterminación e identidad cultural, siendo esta resolución mundial un arma indiscutible de lucha, que e promulgada a inicios de un siglo en el cual en Latinoamérica las tendencias insurgentes de izquierda, cuya bandera es la integración y equidad social con nuevos modelos económicos mas justos, asumen el mando de sus naciones, creando nuevos espacios a la participación de todos los grupos de la región.
Marcia Peña.
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