27-F: LOS CARAQUEÑOS DERROTAMOS
A CAP-FEDECÁMARAS Y AL FMI
En memoria del “Catire” Acosta Cárles.
¿QUÉ PASÓ EL 27F DE 1989?
Carlos Andrés Pérez tomó posesión como Presidente de la República, el 2 de febrero se celebró una fiesta faraónica llamada “La Coronación”. Quince días después aplicó un torniquete al pueblo.
El paquete de CAP-FEDECÁMARAS comprendía: La liberación de precios de los productos de la cesta básica; incremento de las tarifas de agua, gas, electricidad y teléfono; aumento en 100% del precio de la gasolina y transporte público (30%); aumento de sueldos de los empleados públicos entre 5 y 30%; el salario mínimo urbano quedó fijado en 4.000 Bs. Y 2.500 para los trabajadores rurales. Estas medidas entrarían en vigencia los días 26 y 27 de febrero.
Los caraqueños y el pueblo de Guarenas salieron y se apropiaron de lo que se les había negado toda la vida; pero también salieron a rechazar el paquete de medidas económicas que desde Washington le impusieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
El pueblo encontró los alimentos acaparados (caraotas, leche, harina de maíz, azúcar) y se abasteció de lo que nunca estuvo a su alcance (pollo, carne, perniles, muebles, juguetes, lámparas, neveras, televisores a color, equipos de sonido, utensilios de cocina, “betamax”, ropa, etc.) El niño Jesús llegó a Caracas en febrero.
El pueblo de Caracas insurgió contra los llamados gobiernos “democráticos del puntofijismo” y el paquete de medidas de CAP-FEDECÁMARAS, demostrando que aquel sistema era una “democracia” sin pueblo, como tres años después lo reafirmaron los soldados bolivarianos que liderizaron el 4F.
La DISIP, la DIM, la PTJ y la Policía Metropolitana no fueron inocentes frente a las acciones del pueblo, y en buena medida sirvieron de punta de lanza a la represión, junto con las bandas armadas de AD y COPEI. No obstante, algunos funcionarios policiales se sumaron a la protesta popular y reventaron a balazos los candados y santamarías de los comercios, licorerías y joyerías.
Según la prensa, el balance del 27F, a las 7 de la noche, indicaba 3.000 negocios “saqueados”, 280 compatriotas asesinados, sin contar los muertos dejados en los barrancos, en las cavas de los supermercados y en las esquinas del centro caraqueño. A los desaparecidos nadie los contó. El 27F los medios tampoco registraron los muertos que no bajaron de los cerros, es decir, los privados de libertad que se encontraban en el Retén de Catia, quienes fueron masacrados al igual que el 27 de noviembre de 1992.
Caracas era sobrevolada por aviones C130-G222 y helicópteros Sikork-Bell y UH-1, los cuales transportaban las tropas provenientes del interior de la República (nueve batallones, varios escuadrones de infantería y unidades especializadas pertenecientes a los distintos componentes de la Fuerza Armada Nacional). Venían con la orden expresa de disparar contra el pueblo.
El Ejército entró a las urbanizaciones y barriadas populares a “peinar” la zona de francotiradores. En el sector La Montañita, en El Valle, víctima de una emboscada montada por la DISIP, cayó el “catire” Acosta Cárles: trece años después el pueblo de El Valle alzó su bandera hasta la alcabala 4 de Fuerte Tiuna, el 13 de abril.
La fuerza constituyente de la voluntad popular se levanta en las calles. En la Universidad Central de Venezuela (UCV) los estudiantes organizaron barricadas y prepararon bombas molotov para defender al pueblo. Las urbanizaciones populares fueron ametralladas: los bloques de Propatria, La Rinconada, El Valle, el 23 de Enero, La Quebradita, Pinto Salinas, Simón Rodríguez y de la UD1 a la UD7 retumbaban las balas de los Fusiles de Asalto Liviano (FAL).
El miércoles 29 de febrero, CAP y FEDECÁMARAS decretaron la suspensión de garantías y el toque de queda. Los medios nunca informaron que barrios enteros los dejaron sin luz. El miedo se apoderó de las calles, la sangre estaba fresca tras el aplastamiento indiscriminado del pueblo: después de las 6 de la tarde sólo podían transitar aquellos que tuvieran un salvoconducto.
Producto del acaparamiento y la escasez de alimentos, desde el 27F en adelante y por más de un mes el pueblo de Caracas emuló, de alguna manera y sin conocerla, la experiencia de una Comuna Socialista. El que menos tenía era asistido, luego de la reapropiación colectiva del trabajo, por el que disponía de un producto necesario para la subsistencia. La leche, huevos, arroz, una vela, eran intercambiados por aceite, harina de maíz, tomate o una cebolla y viceversa, como expresión de una práctica activa de solidaridad.
El político y periodista Alfredo Tarre Murzi (SANIN), en su libro Los Muertos de la Deuda refiere que: “La policía [DISIP] y el Ejército se llevaron detenidos a varios sacerdotes jesuitas que moraban en la comunidad de Los Cangilones de La Vega. Les decomisaron libros y papeles, hasta unos dólares que tenía el padre Ugalde para un viaje próximo. El Cardenal Lebrún, el Nuncio de Su Santidad y las autoridades de la UCAB, tuvieron que intervenir para que fueran puestos en libertad. La represión post-motín alcanzó proporciones dramáticas y los excesos de militares y policías asumieron contornos de sevicia y ensañamiento.” Así trataron a la Iglesia en esos días. Además persiguieron al padre Matías Camuña párroco de Petare y al padre Wytack, sempiterno luchador social en las barriadas de La Vega, líder de esa parroquia durante el caracazo y uno de los pocos sacerdotes que se mantiene al lado de la causa del pueblo.
Como históricamente había ocurrido, la oligarquía utilizó al pueblo uniformado para masacrar al pueblo civil. Rondas de soldados entraron en las barriadas populares y fueron obligados a realizar allanamientos casa por casa en busca de los artefactos y de los electrodomésticos que el pueblo se había apropiado. Paradójicamente, la oligarquía sembró en la joven oficialidad la semilla del descontento, que luego se expresó en el estallido de 4F.
EL PUEBLO DEBE SABER QUIÉN LO MANDÓ A MATAR
CAP, FEDECÁMARAS, el Ministro de la Defensa, Ítalo del Valle Aliegro y el Alto Mando Militar integrado por: General de Aviación Julio Torres Uribe, Jefe de Estado Mayor Conjunto; Vicealmirante Carlos Larrazabal García; los Comandantes de Fuerzas: Ejército, Pedro Troconis Peraza; Marina, Vicealmirante Faustino Rodríguez Alvarado; Fuerza Aérea, Jesús Ramón Aveledo Penzo, y por la Guardia Nacional el General Luis Ramón Contreras Laguado; el Gobernador del Distrito Federal, Virgilio Ávila Vivas; el Ministro de CORDIPLAN, Miguel Rodríguez y el Ministro de Relaciones Interiores, Alejandro Izaguirre.
LOS MEDIOS, COMO SIEMPRE, HUMILLARON AL PUEBLO
Los medios impresos y televisivos estigmatizaron y criminalizaron al pueblo de Caracas. En las noticias y reportajes los caraqueños fuimos reseñados como: HORDAS, TURBAS, PILLOS, DEPREDADORES, ASALTANTES, DESVALIJADORES y SAQUEADORES, haciendo uso de los mismos epítetos utilizados en el pasado colonial racista. Estos mismos fueron usados por la oligarquía contra el pueblo que acompañó a Ezequiel Zamora en la gesta de la Guerra Federal, así como hoy son los mismos conceptos, cargados de prejuicios, con que llaman al pueblo bolivariano.
Igual que el 13 de Abril del 2002, los medios se autocensuraron y ocultaron lo que ocurría en las calles y la magnitud de la represión que sembró a tantos hombres y mujeres del pueblo.
¿Y HOY, A DIECIOCHO AÑOS QUÉ?
El 27F constituye la chispa que incendió la fértil pradera que es la Venezuela revolucionaria. Ese día, los caraqueños salimos y gritamos “basta de opresión, basta de ignominia, basta de exclusión”. Desde aquel lunes de febrero del 89, la oligarquía no estará cómoda en la ciudad; no se sentirá a sus anchas, porque había comenzado un proceso irreversible. En efecto, los eventos del 27F florecieron con la Revolución Bolivariana y el liderazgo del Comandante Chávez. Todos los anhelos y sueños de nuestro pueblo que fueron pisoteados por la oligarquía y el imperialismo, se ven reivindicados hoy.
18 años después del Caracazo, el pueblo enfrenta un nuevo reto: acabar con el viejo Estado Comunal, es decir, el autogobierno del pueblo.
¡NO VOLVERÁN!
¡VIVA EL PUEBLO DE CARACAS!
¡VIVA EL PRESIDENTE CHÁVEZ!
(Jueves, 8 de marzo de 2007)
Dirección de Investigaciones Históricas
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